Colombia, 10 de octubre de 2024.
Seguiremos teniendo la ‘fe del carbonero’ para continuar en las luchas diarias que la vida y el mundo nos imponen.
La frase más hermosa que escuchamos en el gremio minero es: “tenemos la fe del carbonero”, y entonces la repetimos cuando los precios del carbón están bajos, cuando se pone complicado el avance de la mina, cuando cada uno de nuestros trabajadores se alista y se encomienda en esa fe antes de entrar a la mina, cuando se pone costoso el mercado de llevar a la casa, cuando no bajan los insumos, cuando no encontramos la beta, cuando hay una falla en el avance, entre otras.
Pero qué bueno es mantenerse con la ‘fe del carbonero’, porque es una frase que se trasmite para que cualquiera de nosotros siga motivado y con la fuerza para continuar luchando por un departamento y un país que lo merece todo; porque con esa ‘fe del carbonero’ se trasmite el orgullo de un minero o minera que da ejemplo de tenacidad, valentía, superación y perseverancia, en medio de cualquier circunstancia ardua o complicada.
Sin lugar a dudas, tener la ‘fe del carbonero’ es una huella invisible que ha permitido a cualquiera que la invoca mantenerse en pie cuando sus fuerzas se van, levantarse en cada caída, reinventarse ante las crisis y hacer de cada unidad productiva minera una fuente digna de trabajo y de esperanza para quienes integran la fuerza laboral minera de Colombia.